En estos tiempos, importa mucho lo que se come, de don­de viene y bajo que estándares ha sido desarrollado, sobre todo si está relacionado con animales de crianza, un ítem que actual­mente enciende alarmas.

En este punto entra a tallar Manuel Ruiz-Cornejo, creador de la empresa “Gallinas Libres”, dedicada a la industria del hue­vo desde la crianza de las galli­nas ponedoras.

Él quiere contar lo que hay detrás de este gran proyecto que se mantiene de pie en tiempos de cuarentena por pertenecer al rubro de la alimentación, pues los huevos son -innegablemente- parte de la despensa diaria del peruano.

“Somos los únicos en el Perú en tener certificación interna­cional en crianza de gallinas a libre pastoreo. Somos un equipo de jóvenes profesionales impul­sados por la convicción de trans­formar la industria avícola en el Perú, bajo un enfoque de bienes­tar animal y protección del me­dio ambiente”, señala Manuel como presentación inicial de la marca.

Manuel es egresado en In­geniería Empresarial, cursó intercambios universitario en Holanda y tiene un diplomado de marketing, con todos estos conocimientos y sumando a profesionales como zootecnistas y veterinarios es que logra ges­tionar su granja.

Este negocio empezó desde cero hace tres años, un año pre­vio pasó analizando el sistema de la avicultura, pero el quería marcar una diferencia: descu­brió que las gallinas ponedoras sufren un sinfín de maltratos en las granjas avícolas, por lo que decidió luchar contra esta rea­lidad y armar un espacio natu­ral donde las gallinas vivan libres, felices, y alimentadas con insumos más naturales.

El resultado sería tener huevos más nutritivos y saludables. “Nues­tra razón de existir es para trans­formar la industria de los alimen­tos, donde realmente se resalte los atributos del producto, los valores nutricionales, el bienestar del ani­mal, al final, obtenemos huevos de la forma más sostenible, ecológica, más consciente posible”, destaca.

En su chacra, ubicado en el distrito de Vegueta (Huarua), hay 35 mil gallinas que en las noches viven en galpones que cubren sus necesidades y en las tardes están libres en las zonas de pastoreo, donde pueden picotear la tierra. Su alimentación es libre de químicos o insumos como la harina de pescado, harina de sangre obtenida de los mataderos-camales.

“Las gallinas ponedoras son como atletas y tienen que tener una dieta basada en la receta de un nutricionista, en este caso, nosotros le damos lo que se debe con fuentes naturales como maíz nacional y alfalfa”, enfatiza Ruiz-Conejo.

Comenta que las gallinas son criadas desde sus primeros días de nacimiento, llegan de determinados proveedores y se crían hasta que pueden poner huevos, este es el control máximo que tienen para asegurarse de la raíz de su producto final.

Estos huevos, a diferencia de otros, tienen menos colesterol, menos grasas saturadas y más vitaminas; al ojo, se puede ver una clara más consistente y una yema con una tonalidad naranja natural. En boca y en distintas preparaciones el público juzga y sentencia de manera positiva, pues su producto ha mantenido su rotación en estos tiempos difíciles.

Agrega un punto interesante: “Nosotros practicamos una avicultora distinta donde le damos espacio mayor a las gallinas de las granjas normales y si es que los virus tienen origen por el problema de hacinamiento, aquí no puede ocurrir”,

Actualmente, están en 80 tiendas orgánicas, 60 restaurantes, 31 tiendas de supermercados, que comprenden a Tottus, Vivanda y Plaza Vea. Creo que mi producto ha sido uno de los más demandados y eso ha dado la capacidad de seguir en pie.

Para los que deseen saber más acerca de Gallinas Libres, pueden entrar a sus redes sociales y contactar y también a este número 993 477 758 o al correo pedidos@galli­naslibres.pe , se atienden pedidos masivos y a personas naturales, llegando hasta la casa.